lunes, 2 de diciembre de 2013

iglesia católica y campo de concentracion en la Argentina de las desapariciones y genocidio Armada Ejercito Fuerza Aérea Justicia Federal Rosario Mac Guire Batallon 121 Rosario Luciano A. Jauregui



Página/12
anterior | siguiente Domingo, 1 de diciembre de 2013 | 

OTRO CAMPO DE CONCENTRACION EN UNA PROPIEDAD DE LA IGLESIA CATOLICA

Un Silencio atronador

Así como la Armada usó como campo de concentración la casa de descanso del arzobispo de Buenos Aires, “El Silencio”, el Ejército utilizó el predio del Seminario Salesiano Ceferino Namuncurá, de Funes, próximo a Rosario, para secuestrar y torturar al menos a tres personas, una de las cuales no reapareció. El lugar fue vendido un año después a la Fuerza Aérea, pero los salesianos conservaron vastas propiedades linderas. Allí pasó sus últimos años el ex provicario castrense Victorio Bonamín.
 Por Horacio Verbitsky
La justicia federal de Rosario detectó otro campo clandestino de concentración que funcionó en una propiedad de la Iglesia Católica Apostólica Romana durante la última dictadura cívico-militar. Se trata del seminario de la Casa Obra Salesiana Ceferino Namuncurá, de la ciudad santafesina de Funes, donde fueron torturados al menos tres prisioneros del destacamento de Inteligencia 121, dependiente del Cuerpo de Ejército II, que habían sido privados en forma ilegal de su libertad. Así se desprende de documentos y de testimonios brindados en la causa conocida como “Guerrieri II”. Dos sacerdotes forman parte del expediente. Uno integraba el grupo de tareas que secuestraba en Rosario, y después de la dictadura siguió su carrera y fue distinguido por el Vaticano. El otro fue una de las víctimas de la tortura, se alejó de la Iglesia y reconoció el lugar de su cautiverio. También aparece mencionado un arzobispo, que estuvo al tanto de los hechos. Al menos uno de los detenidos que compartió el alojamiento y el martirio con el ex sacerdote, no reapareció luego de su paso por aquel establecimiento de la Iglesia y hasta hoy sigue siendo un detenido-desaparecido. En ningún otro país americano la Iglesia Católica estuvo tan imbricada con la represión dictatorial. El primer campo clandestino conocido que haya funcionado en una propiedad eclesiástica es la casa de fin de semana “El Silencio”, en las afueras de la Capital argentina (Ver “El primer caso”). El segundo fue detectado por el fiscal Gonzalo Stara, a cargo de la Unidad de Asistencia para causas por violaciones a los Derechos Humanos durante el terrorismo de Estado en Rosario, quien actúa ante el juez instructor Marcelo Bailaque y ante el tribunal oral de juicio integrado por los jueces Noemí Berros, Lilia Carnero y Roberto López Arango, que conducen el debate de un tramo de la causa. Esa utilización clandestina de los bienes eclesiásticos por la dictadura fue mencionada por el ex cura tercermundista Santiago Mac Guire ante la Conadep, pero no había sido investigada, porque en aquellos años la Justicia se limitaba a los altos jefes militares. El dato fue confirmado por Roberto Pistacchia, quien compartió el lugar de sometimiento con Mac Guire. Igual que en el caso de “El Silencio”, después de su uso para la represión esa parte del Ceferino Namuncurá fue vendida para borrar las huellas. “El Silencio” hoy está abandonado, pero el lugar donde funcionó el seminario salesiano fue vendido a la Fuerza Aérea en 1979, y desde entonces es sede del Liceo Aeronáutico Militar, instalado sobre la avenida que lleva el nombre del santo aborigen. Los salesianos conservan los terrenos linderos (Ver “Buenos vecinos”).

Por denuncia del obispo

Mac Guire integró el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, que tuvo duros enfrentamientos con el arzobispo de Rosario, Guillermo Bolatti, reacio a las reformas dispuestas por el Concilio Vaticano II. Más adelante Mac Guire dejó los hábitos y el arzobispo de Santa Fe, Vicente Zazpe, lo casó con María Magdalena Carey, con quien tuvo cuatro hijos. En agosto de 1971, durante la dictadura del general Alejandro Agustín Lanusse, Mac Guire y tres sacerdotes a quienes Bolatti había purgado de sus parroquias fueron detenidos de madrugada en un violento operativo del servicio de Inteligencia del Ejército, que incluyó el secuestro de libros de Perón y Eva Perón y de una carta del ex presidente a uno de los curas. El abogado defensor de los sacerdotes dijo que las detenciones se produjeron por datos suministrados por las autoridades eclesiásticas. Un diario rosarino afirmó que curas tercermundistas y sindicalistas “habían realizado una reunión con fines subversivos”. Cuando el Movimiento lo querelló ante la justicia, el diario respondió que la información provenía del Arzobispado y de la SIDE. El Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo acusó en forma directa a Bolatti. Los servicios de informaciones y el sector del Episcopado que integraba Bolatti no distinguían entre los sacerdotes tercermundistas, la Juventud Peronista y Montoneros. Muchos años después, la monumental investigación científica del ex salesiano José Pablo Martín estableció que de los 524 miembros de ese movimiento sacerdotal sólo entre 10 y 15 participaron por decisión individual en organizaciones guerrilleras, y entre 25 y 30 tuvieron contactos con las organizaciones armadas que actuaban en las mismas villas, barrios, universidades o estructuras políticas: no más de un 5 por ciento en total. Aquella dictadura concluyó en 1973, con la entrega del gobierno al presidente electo Héctor Cámpora, que puso en libertad a todos los presos políticos. Pero menos de tres años después, el 24 de marzo de 1976, un nuevo y sangriento golpe militar, con articulado apoyo civil, se apoderó otra vez del gobierno. El 18 de abril de 1978, el ex cura Mac Guire fue secuestrado una vez más en Rosario, cuando circulaba en bicicleta con un hijo. Recién recuperó su libertad en diciembre de 1983 al concluir la dictadura. En 1984 declaró ante la Comisión Presidencial Investigadora sobre la Desaparición de Personas (Conadep). Dijo que fue “puesto violentamente en el piso del auto, encapuchado y llevado fuera de la ciudad a un lugar desconocido que resultó ser el campo de concentración perteneciente a la localidad de Funes y conocido como ‘Ceferino Namuncurá’, que fue dado por sus anteriores poseedores, los salesianos”. Luego de doce días encapuchado en ese lugar, en el que lo sometieron a varios interrogatorios bajo torturas cada día, Mac Guire fue conducido al Batallón 121 de Rosario, donde lo esperaban el 2 Comandante del Cuerpo de Ejército II, general de división Luciano Adolfo Jáuregui, quien “disponía sobre la vida de desaparecidos definitivos y en tránsito” y su ex arzobispo Bolatti. En ese batallón, los suboficiales Gauna y Berra le confirmaron que había estado en el Ceferino Namuncurá. Esposado a una cama del batallón durante un mes y medio, Mac Guire fue sometido a una parodia de juicio en el Comando del Cuerpo II, en el que resultó condenado a 15 años de prisión.

El compañero monseñor

Durante su alojamiento en el Batallón también recibió la visita de un ex compañero en la arquidiócesis rosarina, Eugenio Zitelli, quien lo reemplazó en la parroquia obrera de Bajo Saladillo cuando Mac Guire y otros veintiocho sacerdotes exigieron a Bolatti que aplicara las reformas conciliares. Cuando volvieron a verse, Mac Guire era un ex sacerdote, estaba preso y había sido torturado, y Zitelli era el capellán de la jefatura de policía de Rosario, a cargo del comandante de Gendarmería Agustín Feced. “Yo tenía todo el cuerpo lastimado por efecto de la picana y él me preguntaba cómo estaba.” Zitelli admitió haberlo visitado, pero negó haber sabido de las torturas. En el subsuelo de la Jefatura, María Inés Luchetti de Be-ttanín le contó que las presas, de entre 16 y 60 años, eran torturadas con picana eléctrica y violadas, entre ellas su suegra. Zitelli la interrumpió:
–Que usen la picana se justifica porque estamos en guerra y es un método apto para obtener información. Pero la violación atenta contra la moral y los militares nos prometieron que eso no iba a pasar.
Lo mismo le contaron otras prisioneras, ante quienes explicó la necesidad de la tortura, pero se conmovió con las violaciones. Una vez enterado por Zitelli, el arzobispo Bolatti no hizo nada para modificar la situación, porque opinaba que de fracasar la dictadura “el heredero será el marxismo” y se impondrá “el placer sexual desorbitado” de una sociedad permisiva. La violación pasaba a ser así un imperativo de la seguridad nacional, apta para combatir hasta el pecado capital de la lujuria.
Al ex sacerdote Angel Presello, que también había sido su compañero en el seminario, Zitelli le dijo:
–Sin tortura, no hay información.
Ex detenidos cuentan que en 1977 Feced les anunció que festejarían con una comida el haber acabado con la subversión en Rosario. Les hizo pagar a los que quedaban con vida la cena de celebración, para la que un preso fue obligado a cocinar, el vino Nebiolo y el whisky. Entre los comensales, estaba el cura. En 1999, el sucesor de Bolatti en el Arzobispado, Eugenio Mirás, le entregó a Zitelli el título honorífico de monseñor conferido por el Vaticano. Centenares de habitantes de Casilda, donde oficiaba de párroco, lo repudiaron. Mirás les replicó que era un excelente sacerdote y que quien tuviera pruebas estaba en la obligación moral de llevarlas a la Justicia, cosa que las víctimas habían hecho en vano quince años antes. María Inés Luchetti de Bettanín le recomendó que consultara la causa Feced, donde constaba la denuncia. Zitelli dijo que pedía perdón por las acciones lesivas a la humanidad que hubieran cometido policías católicos, pero aclaró que Feced era agnóstico. Además negó que ese centro de detención hubiera sido clandestino y dijo que nunca supo de torturas, aunque entendía la represión debido a los atentados contra policías, y que cuando celebraba misa para las detenidas, lo recibían con gozo y alegría. Un ex suboficial de la policía le respondió que él lo había visto, junto a Feced, mientras torturaban con picana eléctrica a un detenido. El año pasado, el juez Marcelo Bailaque procesó a Zitelli junto con el ex dictador Jorge Videla y catorce militares y policías en la causa Feced, como “partícipe necesario de los delitos de privación ilegal de la libertad, agravada por mediar violencia y amenazas” en nueve casos y “coautor del delito de asociación ilícita”, pero consideró que no había mérito para procesarlo por tormentos y homicidio. Bailaque ordenó la cárcel efectiva para los demás acusados, pero permitió el alojamiento de Zitelli en una casa religiosa y luego dispuso que aguardara en libertad la apertura del juicio oral.

Enganchados

En la institución salesiana, Mac Guire compartió una minúscula habitación con otros dos secuestrados, Roberto Pistacchia y Eduardo Garat. El último nunca reapareció. Su esposa, Elsa María Lilia Martín, declaró en 1984 ante la Conadep que militares y policías conocidos le confirmaron que Garat estaba vivo en el Batallón 121 y que su detención se vinculaba con la proximidad del campeonato mundial de fútbol. Cuando el sargento Durán les confirmó que estaba allí, los familiares recurrieron a la Iglesia “pidiendo que intercedan por él y nos den información de su suerte. El padre García, de Rosario, nos informó que estaba vivo. Las otras personas de la Iglesia con que hablamos, nos pidieron tiempo para averiguar y hubo quienes se ofrecieron a rezar por él”. Garat fue detenido-desaparecido unos días antes que Mac Guire. Cuando el secuestro de Mac Guire fue convertido en detención, su mujer, María Magdalena Carey, pudo visitarlo y se comunicó con la esposa de Garat. Le dijo que habían estado en un centro clandestino en Funes y que luego de torturar al ex sacerdote le exigieron que firmara una especie de confesión, “o te hacemos boleta como a Garat que no quiso firmar”. Pistacchia fue secuestrado el mismo 18 de abril de 1978 que Mac Guire. El 1º de noviembre de este año hizo una primera declaración ante el fiscal Stara y esta semana lo amplió ante Bailaque. Dijo que fue secuestrado en la puerta de su casa e introducido en el baúl de un Ford Falcon, que lo condujo primero a la Jefatura de Policía de Rosario y, luego de algunas horas, a un lugar de la ciudad de Funes, donde permaneció más de un mes. Por las deplorables condiciones de detención, perdió casi 30 kilos. Como bienvenida y sin hacerle preguntas “empiezan las palizas, a tirarme agua fría y caliente”. También padeció la “aplicación de picana en el pie y simulacro de fusilamiento”. En ese lugar estuvo con Mac Guire y Garat, “quienes también fueron interrogados con tormentos”. Los tres compartían una minúscula habitación, pero eso no era un problema para sus captores, ya que colgaron a cada uno “de un gancho por medio de las esposas que tenían puestas”. Agregó que una vez fue llevado junto con Mac Guire a un patio, donde los mojaron con una manguera en pleno invierno y les dispararon como si los fueran a fusilar. Un par de días después de la llegada de Garat al lugar, escuchó a los secuestradores decir “se nos va”, y a partir de allí quedó solo con Mac Guire. Pocos días después aparecieron unos hombres de mejor nivel cultural que los torturadores, que Pistacchia piensa que eran militares. “Hay que trasladarlo al cura”, dijo uno de ellos. Pero se lo llevaron a él, que estaba encapuchado, hasta el Batallón 121. Lo curaron en la enfermería y lo esposaron a la cama. Hasta allí llegó una comitiva de militares y hombres de civil. La encabezaba el general Jáuregui, a quien acompañaba el Arzobispo.
–Hemos cumplido. Aquí tiene a Santiago Mac Guire –dijo Jáuregui.
–Este no es Mac Guire –replicó Bolatti.
Jáuregui ordenó que volvieran a Funes a buscar al ex sacerdote y que trasladaran a Pistacchia.
–Supongo que este señor queda acá –advirtió Bolatti.
Jáuregui asintió.
A Mac Guire lo trajeron a la rastra porque no podía caminar solo y lo ubicaron en otra cama junto a la de Pistaccchia. El ex cura saludó a Bolatti y ambos conversaron. Pistacchia y Mac Guire fueron trasladados al Comando del Cuerpo II, en Moreno y Córdoba, donde les anunciaron que les formarían un Consejo de Guerra. Los llamaban “enemigos de la Patria”, pero dejaron de torturarlos. Luego de una recorrida por las cárceles de Coronda, Sierra Chica, La Plata, Villa Devoto y Rawson, recuperaron la libertad al finalizar la dictadura. Pistacchia contó que en el primer lugar donde estuvo secuestrado se escuchaba el vuelo de aviones. Por el estado del piso y las paredes parecía un lugar en construcción. También se escuchaba el funcionamiento continuo de un generador eléctrico. Lo mismo le había dicho Mac Guire al diario Democracia, al quedar en libertad en diciembre de 1983. Agregó que al llegar al Batallón 121, el Sargento Gauna y el Cabo Primero Berra le contaron que el centro clandestino al que lo condujeron estaba en Funes. En la pieza donde estuvo había materiales de construcción. Era un lugar muy silencioso y de noche prendían un generador eléctrico. El fiscal Stara pidió al juez Bailaque el llamado a indagatoria por la privación de la libertad y los tormentos aplicados allí contra personal del Cuerpo de Ejército II y su destacamento de Inteligencia y contra el capellán Zitelli. La familia del ex sacerdote presentó querella y solicitó al Arzobispado que informe si los salesianos tienen o tuvieron un predio en la localidad de Funes. También se pidieron informes al registro de la propiedad y al Ministerio de Defensa. El miércoles y el jueves de esta semana, el fiscal Stara presentará su alegato ante el tribunal oral por la parte del proceso en curso.
La capilla del actual Liceo Aeronáutico, donde en 1978 funcionó un campo clandestino de concentración.
--

EEUU pago a periodistas para mentir sobre los cinco héroes cubanos presos ICAP Kenia Serrano Puig Encuentro en Rosario de Santa Fe Argentina cuna de Ernesto Che Guevara



Ecos del XIII Encuentro Nacional del MasCuba

Los Cinco: Cuba indaga a Estados Unidos

Por Paulo Menotti. La titular del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (Icap) interpeló a Washington sobre si es verdad o no que pagó a periodistas para que mintieran en el proceso contra ciudadanos cubanos que terminaron encarcelados en el país del norte.
1 dic, 2013
eeuu-dentro“La pregunta es si el gobierno de Estados Unidos pagó o no a periodistas para que mintieran en el caso de nuestros compañeros”, afirmó Kenia Serrano Puig, la titular del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (Icap) al referirse al caso conocido como Los Cinco en referencia al número de cubanos encarcelados en el país del norte. La responsable cubana de relaciones entre países realizó esas acusaciones en el XIII Encuentro  impulsado por el Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba (MasCuba) que finalizó el pasado domingo en Rosario.
Bajo los ejes de la solidaridad con Cuba, la unidad antiimperialista de América latina, el Caribe y la paz mundial, se desarrolló el XIII Encuentro de Solidaridad con Cuba impulsado por el Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba (MasCuba) y con la participación de la Multisectorial de Rosario en el que tomó parte Serrano Puig, al igual que el senador Rubén Giustiniani, el diputado electo Jorge Obeid y concejales de la ciudad, así como centenares de militantes sociales y políticos, además de Norberto “Champa” Galiotti, el referente la Multisectorial de Solidaridad con Cuba.
Entre uno de sus principales reclamos, el Encuentro se refirió a la situación de los cinco cubanos detenidos en cárceles de Estados Unidos. Preguntada sobre el estado de los prisioneros, la titular de Icap respondió: “No hay ninguna novedad y eso que nosotros estamos convocando a los medios de prensa que nos acompañen en la denuncia en la falta de respuestas, de acción de la Fiscalía del gobierno de los Estados Unidos que guarda silencio. Por eso pensamos que el que calla otorga”, expresó Kenia y acusó: “El movimiento internacional de solidaridad con Los Cinco estamos pidiendo que ese gobierno se pronuncie, y en particular acerca de una interpelación que se hizo y que no se respondió nada. La pregunta es si el gobierno de Estados Unidos pagó o no a periodistas para que mintieran en el caso de nuestros compañeros”.
El caso conocido internacionalmente como Los Cinco se refiere a ciudadanos cubanos que investigaron en territorio estadounidense a terroristas internacionales como Luis Posada Carriles, responsable de hacer explotar un avión de la línea Cubana lleno de jóvenes. Washington acusó a los cinco cubanos de espionaje y los condenó a penas durísimas en juicios plagados de irregularidades, en los que ahora se estima se pagó a periodistas para que mintieran y comprometieran a los cubanos, según reveló la titular de Icap.
“Esto es lo que se conoce en la jurisprudencia norteamericana con el nombre Discovery, que es una moción que permite apelar una causa judicial ante el descubrimiento de algo novedoso que pueda cambiar la carátula. Eso se tiene en el 2006, pero ahora en el 2010 y en el 2012 empezamos a trabajar sobre este punto que constituye una sustancia de apoyo para los habeas corpus presentados para poder liberar a nuestros compañeros”, afirmó Serrano Puig, quien tiene esperanza de que esta novedad pueda aligerar la pena de sus compatriotas, o mejor, lograr su liberación.
Sólo uno de Los Cinco pudo recuperar su libertad hasta ahora y, tras renunciar a la ciudadanía norteamericana, volvió a Cuba. Los otros aún están a la espera de un perdón presidencial. Sin embargo, para la mujer que dirige el Icap, esa situación es bastante compleja porque el presidente Barack Obama endureció los procesos en contra de Cuba, en lugar de acercarse.
“El gobierno de Estados Unidos, en la persona de Obama podría resolver este caso de una manera muy sencilla. Porque él tiene prerrogativas especiales presidenciales como no existen en muchos otros países del mundo, que le permiten otorgar perdones especiales, indultos. Amnistía Internacional se pronunció en tres ocasiones acerca de las posibilidades administrativas que tiene Obama para acometer este tipo de decisiones. De hecho, en la administración de Obama se dieron este tipo de perdones pero, a diferencia de Los Cinco, los perdonados sí cometieron crímenes que fueron lesivos, que perjudicaron a la seguridad nacional de Estados Unidos, que costaron vidas norteamericanas y de otros países. Esta gente tuvo una permanencia muy breve en prisión y no llegaron a 10 años”, informó Kenia.
Hablar español y portugués
Preguntada sobre el momento actual de la región, la titular de Icap expresó: “En nuestro instituto (Icap) vemos con mucho entusiasmo este momento de América latina. Una América latina que ya puede hablar en español, en portugués y que no tiene una presencia continental que se impone desde Estados Unidos o de las otroras metrópolis”.
Celebró “el surgimiento desde hace dos años de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) porque es la primera organización desde donde podemos concertar acciones. Este año Cuba va a presidir la Celac (que tiene un mandato anual y se va pasando de país en país) y se ha puesto como prioridad fundamental la lucha por el desarrollo y contra la pobreza”, afirmó Serrano Puig, quien subrayó el importante rol que tiene la Argentina en la integración latinoamericana.
“En el caso de la Argentina, nosotros agradecemos mucho la decidida posición del gobierno argentino, del presidente Néstor Kirchner y de la presidenta Cristina Kirchner, de contribuir a este momento de integración latinoamericana y caribeña. El hecho de haber impulsado la Celac, de haber salido en defensa de que cada uno de los procesos como la Unión de Naciones de Sudamérica (Unasur) que constituyen la nueva legalidad de Latinoamérica que enterró definitivamente al Alca (Tratado de Libre Comercio impulsado por Estados Unidos), que se enterró simbólicamente en Mar del Plata en el 2005”, recalcó y posteriormente insistió en la importante participación no sólo de mandatarios sino de expresiones populares: “Hay que decir que si no hubiera sido por las construcciones heroicas, las iniciativas nuevas e integradoras que surgieron luego con diferencias en matices políticos e ideológicos pero con una decisión muy clara de que en este continente mandamos nosotros los latinoamericanos y caribeños y no hay ya la misma relación de dependencia, de subyugación que había existido en etapas anteriores”.
Referente latinoamericano
“El hecho de que el pueblo argentino tenga símbolos tan importantes por la lucha por los derechos humanos, eso para nosotros fue también una bandera. Sumado a todo esto, Argentina ha votado y lo sigue haciendo contra el bloqueo de Estados Unidos a Cuba”, agradeció la cubana.
Tanto para el gobierno de Cuba, como para el pueblo cubano, la relación con Argentina es estrecha tanto por lo que representa que Ernesto “Che” Guevara haya sido argentino, como el restablecimiento de relaciones durante el gobierno de Héctor Cámpora y, posteriormente Juan Domingo Perón, en 1973 y 1974.
“Y votar contra el bloqueo a cuarenta años del restablecimiento de relaciones diplomáticas, porque hay que recordar lo que pasó en el año 1973 cuando el presidente Perón decidió restablecer relaciones con Cuba: fue realmente un acto valiente porque en ese entonces estábamos realmente aislados. Por suerte ahora ya mantenemos relaciones diplomáticas con varios países”, recordó Serrano Puig.
“Hace 40 años, Cuba estaba francamente aislada por una orden de Washington de perseguir a cualquier persona que en su pasaporte tuviera una estampa de haber pasado por Cuba. Con estas condiciones, Argentina fue capaz de restablecer relaciones con Cuba y eso queda en la memoria de todo el pueblo cubano”, reflexionó sobre la Argentina Kenia Serrano Puig a modo de agradecimiento.