domingo, 9 de mayo de 2010

Cartel Afiche Poster arte cubano Reinaldo Morales Campos Ospaal Felap

EL CARTEL EN CUBA: REPÚBLICA Y REVOLUCIÓN

 

Por. Reinaldo Morales Campos             cartelcubano@yahoo.es

Investigador de la Historia del Cartel Cubano

http://www.docspopuli.org/articles/Cuba/Campos.html

 

El presente artículo forma parte de un proyecto de estudio denominado Memoria Histórica del Cartel Cubano.  En él se muestran las expresividades artísticas y comunicativas   formuladas  en  los  carteles cubanos durante  el periodo de la República (1902-1958) y desde el  triunfo de la   Revolución Cubana, el 1 de enero de 1959, hasta la postrimería de la década del noventa, del siglo pasado.

 

El cartel: orígenes y gestación

cabraA  diferencia de una obra pictórica, que es  el resultado de una interpretación individual de quien la erige, la configuración artística de un cartel se efectúa por encargo y su realización está condicionada a las peticiones sugeridas por quien lo encomienda; para ser reproducidas en múltiples copias y con la función de trasmitir un mensaje. Por lo que debe estar cubierto por signos, símbolos y formas plásticas,  formando una imagen totalizada,  acompañada de un texto; para que al ser colocado en un lugar asequible a la observación visual establezca una comunicación rápida y efectiva.

 

Aunque son diversas las opiniones acerca de los orígenes del primer cartel en el mundo, algunos estudiosos  eligen  a Grecia como el lugar de procedencia, donde las leyes grabadas con dibujos eran talladas sobre piedras y colocadas a la vista del público y las lecherías se anunciaban mediante un dibujo de una cabra, situado a la entrada del establecimiento. Igualmente  en la antigua Roma se avisaban las obras de teatro a través de carteles pintados en muros.

La incipiente  germinación de su diseño grafico se relaciona como una demanda de la Revolución Industrial, de la evolución de la pintura y la tipografía,  de las nuevas innovaciones técnicas aplicadas en el arte de la impresión. Cuando la sociedad de consumo exigía la búsqueda de medios apropiados para informar  de las integridades de un  producto al virtual consumidor.

 

En  fase embrionaria de su gestación se pueden citar: los asociados con el desarrollo de la imprenta denominados carteles tipográficos, de textos impresos con letras fundidas, en ocasiones acompañados de viñetas; reproducidos en maquinas mecánicas de pedal y que regularmente perfilaba el propio operario. Los pintados a mano  poseedores de un dibujo y un texto empleados por comerciantes para avisar de sus productos;  conocidos en Cuba colonial como “quemazones” 

 

Progresivamente en la Europa de mediado del siglo XIX se advirtieron  los  realizados por artistas  que ellos mismos reproducían en litografías; sistema consistente en la plasmación o dibujo de su obra sobre una piedra o metal colocada en una prensa plana que al establecer contacto directo con la superficie del papel u otro soporte llano reproducía una copia fiel de la imagen. Siendo en Francia donde se produjo los antecedentes más inmediatos de la configuración moderna del cartel; allí  concurrieron los primeros impresos ilustrados con imágenes y textos,  reproducidos en litografías, de grandes dimensiones y  colmados de colores. Como expresión de la vida económica, social y cultural, ocuparon  las principales ciudades francesas y rápidamente atraparon la atención de sus espectadores.

 

París se convirtió en la protagonista   del arte mundial y sus carteles fueron admirados en todo el mundo Bal Valentino (1869), creado por Jules Cheret (1836-1833)  impreso en una prensa de su propiedad fue uno de ellos. Henri de Toulose Lautrec (1864-1901) trasladó sus pinturas a la imprenta y empleando varias formas de letras realizó sus reproducciones en litografías a gran escala. Alphonse Mucha (1860-1930) que en 1980 llegó a París, también ganó la admiración por sus carteles.

 

- Antecedentes en Cuba: periodo colonial

 

En Cuba el cartel en su proceso evolutivo de su diseño gráfico,  tiene entre sus procedencias más inmediatas, en la década del cuarenta del siglo XIX, en los llamados quemazones; su indiscriminado empleo con faltas de ortografía y dibujos ordinarios conllevó a que las autoridades regularan su colocación solo con la autorización de la Sociedad Económica de Amigos del País, institución  que se ocupó de su revisión y aprobación.

 

Sin título204Vislumbrando como confirmación  del desarrollo económico y social de la isla bajo el  dominio de España, pero íntimamente ligado con la conformación de identidad nacional, las iníciales referencias de la conceptualización de su diseño grafico, además de los letreros y anuncios públicos, estuvieron presentes en las ilustraciones realizadas en marquillas, tapaclavos y filetes de los envases para el tabaco, envolturas de      diversas marcas cigarros, periódicos, revistas, folletos y libros, así como en los anuncios comerciales insertados en la prensa de la época y las reproducciones litográficas,­­­  verdaderos aportes  de las artes gráficas  cubanas del período colonial.

 

Con su  procedencia adherida a la lucha independentista,  con la  historia y el arte;  en correspondencia con el desarrollo social de la  época, es de significar que en momentos en que la metrópolis española exhibía sus hermosos carteles tipográficos e ilustrados para anunciar  corridas de toros, prevenidamente en Cuba afloraron sus primeros carteles para sus presentaciones de espectáculos, como  los colocados el 22 de enero de 1869 en la fachada del  Teatro Villanueva  de excelente composición tipográfica para anunciar la obra “Perro huevero aunque le quemen el  hocico” de Francisco Valerio; que culminó con una brutal arremetidas de las autoridades españolas contra la familia cubana, porque del público  brotaron gritos y exclamaciones de “Viva el país que produce caña” y “Viva Cuba”.

 

Sucesivamente hasta culminar, en 1898, la dominación española sobre la isla; inspiradas por el progreso alcanzado en la imprenta, la fundación, en 1876, de la primera agencia para hacer publicidad y un año después la invención de un procedimiento para la ilustración de imágenes dibujadas al oleo sobre cristales; se sucedieron nuevas expresiones graficas en centros comerciales, instituciones culturales y por diversos propietarios de la incipiente industria nacional para anunciar diversas marcas de productos como, por ejemplos: el jabón Hiel de Vaca, la cerveza La Tropical y cigarros Partagas; que contribuyeron a conformar el proceso evolutivo del diseño gráfico en Cuba.

 

-EL CARTEL CUBANO  DURANTE LA REPÚBLICA (1902-1958)

 

Aunque en Cuba durante el periodo de la  República, entre 1902 y 1958,  artistas de la plásticas y dibujantes publicitarios  le  impregnaron  al diseño gráfico del cartel elementos y configuraciones artísticas  de las influencias de las  vanguardias pictóricas, como: art noveau, art deco y  el cubismo; se puede afirmar que el cartel con una autentica función social comunicativa, para: persuadir, exhortar y sugerir; no existía.

Sin título1

Su ocupación estuvo   ajustada  con la definición dada por el profesor Harold F. Hutchinson de que: “Un cartel es esencialmente un anuncio ampliado, en general con un elemento pictórico, impreso en papel y de manera habitual expuesto al público en una pared o pancarta. Su propósito es llamar la atención acerca de lo que el anunciante está tratando de promover y para imprimir un mensaje en la persona que circula cerca de él” 

Empleado en tres principales funciones: publicidad comercial,  promoción de espectáculos públicos y  campañas electorales; sus mensajes respondieron a  pretensiones de propietarios de recintos para espectáculos y de comercios; interesados en aumentar sus ganancias, así como  a  las campañas demagógicas  de funcionarios  públicos;  quienes financiaban su realización artística y reproducción.

 

-Los primeros carteles

Las primeras propuestas de carteles, realizadas en las dos primeras décadas del siglo XX, que reflejaron aspectos de la actividad comercial y la vida artística-cultural  consistieron en pinturas o dibujos de  ilustraciones creadas por artistas acompañados con frases para anunciar obras de teatros, actividades festivas y venta de artículos de consumo.

 

Entre los artistas de la pintura, el grabado, la caricatura y el dibujo, devenidos en los primeros cartelistas estuvieron: Jaime Valls, Armando Maribona, Conrado Walter Massaguer, Rafael Blanco y Enrique García Cabrera, los cuales asimilaron las ideas de los precursores del cartel  Jules Cheret, Alphonse Mucha y Henri Toulouse-Lautrec y se convirtieron en los protagonistas de los antecedentes más inmediatos de la aceptación de ese medio en Cuba en los términos actuales.

 

La vinculación de esos artistas de la plástica a la actividad gráfica, para obtener   suficientes ganancias  para vivir; abarcó también la ilustración de anuncios  insertados en periódicos y revistas, ejemplo: el  de la  película: Santos y Artigas; de Cuba Cinematográfica, uno de los  principales empresarios en aquella época en el país, que en su configuración poseía  el dibujo de una figura femenina esbozada con trazos estilizados de significadas   perfección y  originalidad. De aquellos  primeros carteles; los de cine y  teatro, en los que regularmente se destacaban: su titulo y el rostro del protagonista principal, estuvieron dotados de una facultad  de particular características que lo hicieron ser seductores, atractivos,  imaginativos y lograron cautivar la atención del público.

 

En otros de los impresos,  como el utilizado para   anunciar la película “Episodios históricos de la Guerra de Independencia”, donde el texto principal irrumpe conviniendo  con el color del fondo. Además en armonía con los elementos visuales que lo componen se distingue, dentro de un óvalo, la imagen de Máximo Gómez; héroe de la lucha por la independencia y personaje central del filme, colocado delante de la  Bandera Nacional y  en la parte inferior el Castillo del Morro; todos símbolos emblemáticos de expresión de  cubanía.

 

maniguchLos vinculados con el comercio,  inicialmente generados por concursos de carteles patrocinados por productores y comerciantes nacionales, que consistieron en pinturas del producto en venta acompañadas con textos  lograron ser, en ese tiempo, los de mejor efectividad en anunciar    sus informaciones  al público. Dos de los más importantes concursos consistieron: el de la fabrica de confituras y pastas alimenticias “La Estrella”, en 1914, donde resultaron premiados Jaime Valls; primer lugar, Enrique García Cabrera; segundo lugar y Armando Maribona; tercer lugar,  así como en 1917 el promovido por el semanario “La ilustración” en el que Rafael Blanco, obtuvo el primer lugar. En  los originales presentados  se tuvo en cuenta, que la forma, el tamaño, el color y la disposición de las letras  y los dibujos determinaban  su impacto visual.

 

Tras la instalación en 1917, por Conrado Massaguer, de una planta fotolitográfica, la primera  en América Latina, se inició la reproducción en mayor cantidades de carteles en el sistema de impresión en offset, siendo uno de los primeros el del Salón de Bellas Artes,  su inmediata propagación__ en contrates con el diseño urbanísticos__  en estantes y vidrieras de tiendas, edificios públicos y principales calles; con sus intensos colores y ricos en matices favoreció  el anunciar los productos de supermercados y tiendas por departamentos.

 

Los carteles  de las  campañas electorales, conocidos como pasquines __reproducidos hasta 1920 en sistemas de reproducción  directa y litográfica___ posteriormente en offset y desde 1940 en serigrafía, aunque por su subordinación a las campañas demagógicas de propaganda de las elecciones de las agrupaciones y partidos políticos fueron incluidos en los denominados políticos; por su sometimiento a  los procedimientos empleados  como: manipulación de los sentimientos de las personas y explotación de sus necesidades, estos estuvieron al mismo nivel a los empleados en la  publicidad comercial.

 

-A partir de la década del veinte

En la década del veinte se produjo el empleo de anuncios de prensas, carteles y otros medios vinculados con la atracción del turismo con acciones publicitarias que se ejecutaban para la promoción de Cuba  como destino turístico e incrementar los visitantes procedentes de Estados Unidos; los cuales encontraban facilidades para el juego de ruleta y la prostitución  en  La Habana, en bares como el Floridita y el Sloppy Joes y los hoteles Inglaterra y Ambos Mundos. Carteles y anuncios reflejaron ilustraciones gráficas con desenfrenado sexualismo, iconografía erótica,  prosaicas con cuerpos de mujeres semidesnudos que incitaban a la tentación. Figuras de prestigio y ética profesional como: Enrique García Cabrera y Rafael Lillo  manifestaron su oposición a tales malas interpretaciones del arte publicitario. 

 

virtudEn esa  década  se produjo un auge de las tendencias de las vanguardias pictóricas a nivel internacional, que tuvieron  sus influencias en Cuba. Jaime Valls y Enrique García Cabrera se inclinaron por el modernismo, y aunque lo aceptaron más por su condición de pintores que de gráficos plasmaron a través del cartel sus inquietudes sociales y estéticas. Ambos a través del art-nouveau y el art-deco se manifestaron por el rescate de la identidad nacional.

 

Las posibilidades de reproducciones de carteles y otros medios de propaganda gráfica también se extendió, en 1926, al empleo de anuncios lumínicos, que ya tenía como antecedentes algunos colocados  en  1910 por la cervecería Tropical, ubicado en los altos del Hotel Telégrafo;  con bombillos que formaron la bandera cubana y posteriormente en otro en 1912 instalado por Jaime Valls, para anunciar una  marca de anís, en los altos del  café  Alemán donde en la actualidad radica el Hotel Parque Central. Ambos  en la esquina de Prado y Neptuno.

 

Igualmente  en los primeros años de la década del treinta, se presentaron carteles impresos en litografía, como el realizado para la presentación de la obra de teatro “La virtud del pecado” en el que no obstante poseer  su tipografía distorsionada, en el  esbozo de las representaciones se alude al sentido figurativo. Para entonces  aun las  mayores partes de las propuestas, carecían de perspectivas, del segundo plano, del sentido de profundidad y de imágenes sintetizadora. Las figuras humanas, como se reflejó en el cartel de la película El veneno de un beso  por lo general se mostraban rígidas sin movimiento, con falta de balance y ritmo.

 

Pasado el primer lustro de la década del treinta  en que los trasbordadores que en su primer destino arribaban al puerto de La Habana estaban excluidos de pagar impuestos, los carteles de turismo  adquirieron un mayor  empleo. Tomás Franco fue uno de los exponentes con aportes distinguidos por sus colores penetrantes  e imágenes logradas por la combinación entre el pincel y la brocha de aire, de sus creaciones se pueden evocar: Feria de La Habana, La Cubane Cubaine y Visión de Venus.

 

Con motivo del Centenario de las calles Galiano y San Rafael (1836-1936) se celebró un concurso de carteles donde el pintor y caricaturista Eduardo Abela con su obra titulada “Hermes” obtuvo el primer lugar, Carlos Fernández recibió el segundo lugar y Enrique Céspedes se alzó con el tercer lugar. Igualmente, en 1937, reflejo del nivel alcanzado en el incremento de la publicidad comercial, la Asociación de Anunciantes de Cuba (ACC) celebró el Primer Concurso Nacional de Anuncios Cubanos y en carteles comerciales los del jabón Camay y el ron Bacardí obtuvieron el gran premio de honor y medalla de oro

 

2824~February-Fiestas-in-Havana-1937-PostersPara entonces el cubismo  es acogido por artistas que le imprimieron al arte de la ilustración la atmósfera de impacto visual creando el camino para la vigorización,  en años posteriores, del diseño gráfico del cartel y del profesional en esta especialidad. Entre las importantes figuras del mundo artístico que con la aportación de bocetos de carteles vinculados a las actividades festivas, turismo y culturales  se manifestaron a favor de  esa influencia artística, estuvieron: Enrique Caravia; que en 1938 conquistó el premio en un concurso de carteles de turismo, con el cartel February fiestas;   para cautivar visitantes norteamericanos y  también aportó un diseño para la primera  Feria del Libro de La Habana. Mario Carreño que en 1937 realizó varios carteles para el carnaval, como el de: Fiestas Havana;  así como el de  una Feria Comercial de Boyeros y diez años después el: Pan American Worl Airways

 

-En los años cuarenta

A partir de los años cuarenta el incremento de la industria turística y la actividad comercial trajo aparejado  una superior presencia de ilustradores gráficos al servicio de la publicidad. Entre los ilustradores participantes  en  acciones   publicitarias estuvieron: Rodríguez Radillo; que ejecutó la propaganda de la Compañia Cubana de Aviación. Ruiz de Villa que incursionó en la caricatura, el cartelísmo y los anuncios de prensa; revelando su preferencia  por el cubismo.  Álvarez Moreno que empleó en su quehacer creativo la brocha de aire y otras influencias técnicas provenientes de los Estados Unidos. Otros ilustradores gráficos participantes fueron: Antonio Aguilar, Carlos Rocamora, Julio Herrera, Gonzalo Albuerne, Raúl Fernández y Luís Alonso Fajardo.

 

En la personalización de la cartelistica cubana; junto a las influencias de corrientes artísticas también influyeron  patrones publicitarios de Estados Unidos, así como  importantes acontecimientos  de repercusión internacional que determinaron en el curso de la vida económica, política y social de los pueblos y  en ocasiones llegaron a promover una identidad gráfica con cualidades y características propias. Por ejemplo: el fascismo Alemán con sus carteles con elementos y símbolos que denotaban grandeza, cuerpos humanos robustos y bellos, grandes construcciones, actos públicos masivos, uniformes vistosos y todo cuanto demostrara la grandeza de ese Estado sobre el resto de los países del mundo.

 

En los procesos electorales las agrupaciones y partidos políticos  perpetuaron el empleo del pasquín, pero en estos momentos impresos por el sistema de reproducción silk screen (serigrafía) con   intensas tonalidades y texturas donde  los rostros de los candidatos de las campañas electorales,   ejemplo: Autenticos! Lazo Delegado; eran mostrados semejantes a los galanes de películas de la época  y  ofertados   como una mercancía, similar a un anuncio comercial. Sus textos e imágenes   carecían de mensajes que explicaran hechos o ideas. En su renovación gráfica estuvieron presentes Horacio Paco Sierra, Antonio Aguilar, Hernández Cárdenas y Fiquito Franco. Para entonces no existía el cartel de tema político, donde se plasmara una demanda obrera, se estableciera un compromiso con el pueblo o se exhortara a las masas populares a participar de una obra de beneficio común.

 

En la expansión y auge del diseño gráfico del cartel, junto a estilos y corrientes artísticas, también  intervinieron la influencia de los principios del Bauhaus que  propugnaba  la integración del arte, la ciencia y la técnica, proyectada hacia las experiencias sensoriales y el enriquecimiento de los valores emocionales, tales preferencia habían sido traídas a Cuba por emigrantes Europeos que huyeron del nazismo, entre los cuales estuvo el diseñador gráfico y profesor alemán Helmudt Wotzkow, el cual  impartió un curso a alumnos  de las escuelas de artes y que contribuyó a que en el diseño del cartel se tuviera en cuenta la simplicidad de los elementos, ritmos espaciales, estructura, colores planos y otros conceptos novedosos.

 

Sin título206Sin embargo en los carteles comerciales y los pasquines de las campañas electorales, la labor de sus diseñadores quedaba en el anonimato y  la efectividad de sus mensajes visuales   estuvieron determinados por su capacidad de manipular el estado de ánimo de las personas y en como  lograr que estos aceptaran   exageradas cualidades que no peían los artículos de consumo y las falsas promesas de los políticos de la época. Pero tales manipulaciones  no acontecieron  de similar manera con los que reflejaron mensajes de beneficio social, como el de Enrique García Cabrera  con influencias de art nouveau y art deco: Por la Unidad Nacional en la Campaña. Pro Hospitales Infantiles. Consejo Nacional de Tuberculosis”, así como el del ilustrador Fiquito Franco para la campaña nacional profiláctica contra la sifiles.

 

En el bienio  1943 y 1944, periodo de esplendor del cine latinoamericano,  los principales filmes que se exhibían en las  salas de cine existentes en la isla, de ellas 110 en La Habana, provenían  de México y Argentina y para sustituir  los impresos respectivos que acompañaban  a esas películas que no ostentaban los códigos visuales de preferencia del público cubano, el artista plástico y pintor Eladio Rivadulla Martínez   inició  la producción de los carteles de cine impresos en serigrafía  con pretensiones artísticas  atractivas, portadores de una disposición armónica entre imagen y textos, ejemplo el que anunciaba el del filme mexicano  

 

En su  función comercial, tales  carteles encargados por las distribuidoras de filmes, poseían diseños que destacaban en un primer plano a los principales protagonistas del filme,  acompañados de un paisaje natural,  un cañaveral, el ingenio o la carreta u otro elemento de fondo representativo de lo cubano. Por lo regular se  cubría toda la superficie de impresión, sin dejar espacio en blanco, con viñetas, estrellas, óvulos, escena del filme y para lograr la atención, el gancho publicitario que permitiera colmar las taquillas de venta, predominaba la representación femenina con propósitos eróticos, caderas anchas, con vestuarios semidesnudos; mostrando mulos y pechos.

 

En el diseño gráfico de anuncios de prensa y carteles se incorporó el empleo de la fotografía, con lo que se logró reproducciones de mayor exactitud y fidelidad, tales posibilidades se observa en el cartel para la promoción del “VII Congreso Panamericano de Arquitectos, en 1949, organizado por el Colegio Nacional de Arquitectos, institución que entre otros funciones velaba por la adecuada utilización del ornato público y que en 1943 se había pronunciado contra la colocación indiscriminadas de pasquines y carteles comerciales de mal gusto, recabando entonces acciones de las autoridades para poner fin al aspecto de plaza  sitiada  de la  ciudad  La Habana.

 

-En la década del cincuenta

Desde comienzo de la década del cincuenta, en carteles como los realizados en 1950 con motivo del  Año del Centenario de la Bandera Cubana y en 1953 por el Centenario de José Martí  se manifestaron elementos relacionados a evocaciones históricas, en los que se advirtieron  una eficaz simbolización de sus elementos visuales y sus tonalidades cromáticas.

 

Sin título208En este periodo  se registró el incremento en la producción de los carteles  impresos en serigrafía para la  promoción de bailables como  las matineés de los Jardines de la Polar y la Tropical, los  circos y otros espectáculos populares, ejemplo: Carnaval de La Habana, 1952  dirigidos a las personas de menor situación social que ostentaron diseños de colores excitantes.   Mientras  los del cabaret Tropicana, teatros,  danzas y conciertos musicales; como el de: Havana Cuba; contaron con  diseños más elegantes y tipografías apropiadas al gusto de personas  de la alta sociedad, de mayores posibilidades monetarias

 

También   los dueños de salas de cines, para aumentar la entrada del público, junto a los carteles impresos en serigrafía, acudieron al uso del display, modalidad propia de la publicidad cinematográfica, que ya se había empleado con anterioridad, pero que en este periodo presentaron imágenes más sintetizadas, de mayor dimensión, pintados y calados a mano, a todo color, sobre  cartón con el titulo de la película y principales actores que se colocaban, cubriendo completamente las fachadas exteriores de los cine.

 

En las acciones gráficas de este periodo  Cuba, ocupaba un significativo lugar, donde    Estados Unidos sometía  a prueba  las  campañas publicitarias  de productos que posteriormente ejecutaba en diversos países de América Latina, de los creativos más importantes se pueden señalar a : Rafael Morante Boyerizo,  que en los años cuarenta se destacó  como diseñador de la agencia publicitaria OTPLA y Raúl Martínez González. Otras figuras como José Luis Pinto y José Ignacio Bermúdez, el segundo había obtenido el premio del cartel del carnaval de La Habana de 1950. Igualmente participaron: Enrique Céspedes, Carlos Ruiz y Guillermo Menéndez, quienes advirtieron de la necesaria vinculación  entre las preferencias artísticas y la gráfica.

 

Entres otros  publicistas que también asumieron una actitud consecuente con el respeto de los valores artísticos en la gráfica, estuvieron: el Doctor Raúl Gutiérrez quien fundó en 1953 la Escuela Profesional de Publicidad y Mirta Muñiz Eguea que prestó sus servicios en la Agencia Publicitaria Mc Cann-Erickson, como jefa de radio y televisión, participando en la ejecución de importante campañas como la del producto Nescafé y la del Residencial Alamar. Igualmente estuvo presente Mario Masvidal Agramonte, creador de la imagen de identidad del jabón Oso Blanco  y que tuvo a su cargo la dirección creativa de la revista Arte y Publicidad.

En esta  década del cincuenta  muy marcadas por las influencias de la publicidad  de Estados Unidos; Guastella, Siboney, Mestre-Conill, OTPLA y Mc Cann-Erickson estuvieron entre  las  agencias publicitarias que se distinguieron, en ese periodo. Igualmente funcionaron dos importantes departamentos de publicidad: los de las compañías de jabonería y perfumería Crusellas y Sabates. En los impresos publicitarios, además del offset, también se continuó empleando la serigrafía, se asumió el fotoscreen o serigrafía industrial, basado en el tramado de fotomecánica su introducción permitió   aumentar el número de ejemplares por tiradas en grandes cantidades con  un mejor acabado, posibilitando realizar impresiones en metal, con  similar nivel de calidad al de papel o cartón.

 

En el diseño gráfico del cartel anunciador de productos, como en los de espectáculos culturales, continuaron sin ser destacados sus valores estéticos aportados por sus creadores, tampoco  existió el interés de resaltar sus cualidades artísticas o creativas.

 

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En cuanto a los pasquines __como se observa en un despliegue de estos,  en los portales adyacentes  donde en la actualidad se encuentra el Hotel Telégrafo__  en  su concepción estéticas continuaron   subordinados a los patrones que le imponía el régimen político existentes y sus contenidos al igual de los comerciales__ como se destaca en los fijados en la fachada del  Hotel Saratoga___ no se correspondieron con una utilidad social de beneficio a las masas populares. Además los pasquines desde el golpe de estado de 1952 su empleo  se redujo  considerablemente, porque las campañas electorales generales estuvieron  suspendidas y aunque  el 3 de noviembre de 1958 se organizó una falsa electoral, en esta no  se logró la amplitud de pasquines como en las efectuadas con anterioridad.

 

No obstante  las aportaciones que   durante la época  de la  República, entre 1902-1958,  le impregnaron  al diseño gráfico artistas de la plástica y dibujantes publicitarios de convincente  formación profesional;  los carteles, durante ese periodo, no cumplieron con las funciones atribuidas como medio de orientación y por lo general respondieron a   pretensiones de comerciales  y  a  las campañas demagógicas  de funcionarios  públicos;  quienes en función de sus intereses económicos o políticos,  financiaban su realización artística y reproducción  para que en sus diseños se emplearan   elementos  visuales que anunciaran exageradas condiciones y supuestas particularidades que insistentemente  no poseían  ni el articulo de consumo ni el  político.

 

Sin embargo las consigas revolucionarias como: ¡ABAJO BATISTA! “VIVA EL 26 DE JULIO”, “MUERA LA TIRANÍA   pintadas en muros y paredes por estudiantes universitarios y de otros sectores de la lucha revolucionaria, más efectivos y auténticos que los anuncios comerciales y los pasquines, constituyeron expresiones que coincidieron con la definición, acerca del cartel,  como “un grito en la pared”.

 

-EL CARTEL DE LA REVOLUCIÓN CUBANA: ARTE Y COMUNICACIÓN

La ocupación del diseño gráfico del cartel en Cuba, con una autentica función social comunicativa para persuadir, exhortar y sugerir y como género expresivo  de manifestación artística  floreció con el triunfo de la Revolución, el 1 de enero de 1959. A  partir de ese momento en su codificación   visual  se   le atribuyeron elementos pictóricos y signos gráficos que  reflejaron los nuevos cambios políticos, económicos y sociales. 

 

-Surgimiento y generalización (1959-1964)

Las   nuevas  revelaciones se mostraron en incipientes manifestaciones de  carteles políticos, como el del: 1 de mayo. 1959, diseñados por Oscar Moriña, con marcadas influencias del realismo,  conocidas por “Brazo Fuerte”; reproducidos en un taller de serigrafía de la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC). En los de insinuaciones figuradas  con mensajes de orientación social  aportados, desde febrero de  1959, por  la Administración Municipal Revolucionaria de La Habana, ejemplo: La Habana se viste de limpio; donde ofrecieron sus aportes los artistas de la plástica Esteban Ferrer Ayala y Raúl Martínez González  y paralelamente, que impresionaron  por sus  excelentes cualidades  artísticas y efectividad comunicativa, los del Ministerio de Obras Públicas (MINOP); con  temas de orientación social y de  convocatorias  a  asistir a   concentraciones populares; diseñados por el artista de la plástica Eladio Rivadulla Martínez

 

Entre otros  dibujantes  y artistas de la plástica  vinculados a la publicidad comercial, a     finales de la década del cincuenta,  que ante la obra dinámica y transformadora de la Revolución, también participaron en  la creación de carteles, que en poco tiempo lograron alcanzar efectos comunicativos de altos valores estéticos, se pueden citar a: José Luís Pinto, Guillermo Menéndez Maden, Luis Álvarez Mendoza, Estela Diaz Díaz, Antonio (Ñiko) Pérez González, Rafael Morante Boyerizo, Luís Martínez Pedro,  Ásela M. Pérez Bolado, Mario Masvidal Agramonte, José Ignacio Bermúdez,  Berta Abelenda Fernández, Heriberto Echeverría Pozo, Antonio Fernández Reboiro, René Mederos Pazos, Roberto Quintana,  Jorge Hernández Fernández, José Papiol Torrent, Rolando Marín Fernández, Francisco Ruiz, Fernando Valdés Anguera, Dagoberto Ramos Echeverría, Mario Sandoval, Antonio Mariño Souto, Helena Serrano, Sergio Sánchez Tortoló, Dario de la Torre y Jesús Forjans Boade.

 

Muchos de esos creadores gráficos, que durante el régimen anterior le habían conferidos   personalidad artística  a la publicidad cubana,  en la nueva situación,  sus  diversas    aportaciones de carteles contribuyeron a delinear  tres inclinaciones temáticas. Primera; los asociados con campañas de orientación social o de bien público, ejemplos: ahorro de agua, limpieza de la ciudad, prevención de enfermedades y asistencias de niños a las escuelas; con marcada  influencias de la técnicas publicitarias y que realizaron desde un denominado Consolidado de la Publicidad, que existió hasta el mes de marzo de 1961 y de Intercomunicaciones, similar a una agencia de publicidad que se encargó, hasta el año 1967, de atender la propaganda  de ministerios e instituciones gubernamentales

 

Sin título125La segunda inclinación los culturales; con sus tradicional empleo para anunciar espectáculos artísticos de las diversas manifestaciones, como: los  impresos en offset, con tipografía acompañados de una ilustración o fotografía,  creados en el Departamento de Bellas Artes de La Habana, de la Administración Municipal Revolucionaria de La Habana para anunciar la programación cultural  que se organizaban, a precios populares, en el anfiteatro de la Avenida del Puerto,  Plaza de Arma y  en diversos puntos de la ciudad. Igualmente convergieron  los de la Dirección de Cultura del Ejército Rebelde, los Departamentos de Extensión Universitaria de las Universidades de La Habana y Oriente, la Sección de Cultura de la Dirección del Movimiento 26 de Julio  y en el Teatro Nacional de Cuba (TNC); adscripto a la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación (MINED).

 

La tercera predilección fueron los  de contenidos políticos  con exhortaciones y convocatorias para actos públicos y concentraciones populares para denunciar  a quienes se oponían  a las primeras medidas revolucionarias, ejemplos: nacionalización y reforma agraria; los que en sus inicios fueron reveladores de excesiva configuraciones realistas, con ilustraciones de cuerpos corpulentos  y cabezas pequeñas realizados desde el Equipo Técnico de la Comisión de Orientación Revolucionaria (COR); que se ocupó desde 1960 de establecer la política oficial de la propaganda revolucionaria, junto a la cual  concurrieron las acciones propagandísticas de las nuevas organizaciones políticas y sociales.

 

En esos primeros momentos en que___ ante la de aplicación de medidas revolucionarias de beneficio popular___ algunos de los profesionales de la publicidad,   alentados por propietarios o representantes de agencias que tenían su casa matriz en los Estados Unidos, marcharon hacia ese  territorio, en su reemplazo  para el diseño gráfico de carteles junto a los dibujantes y diseñadores que  no abandonaron  el país, participaron  cientos de artistas  con aportes ocasionales de sus obras pictóricas y otros con  su adhesión total a la creación artística y reproducción grafica, o sea pintores que además del dibujo se ocuparon de seleccionar y ubicar la tipografía y realizar el boceto con todos los elementos que deberían ser reproducidos, los que con sus diversidades de estilos y expresiones artísticas  plasmaron  la fusión de elementos plásticos y comunicativos

 

Entre otros  artistas plásticos, que también se vincularon al diseño gráfico, en ese momento de conmoción revolucionaria,   se distinguieron:  Pedro Oraá Carratala, Umberto Peña, Carlos Manuel Díaz Gámez, Roberto Guerrero, Rolando Oraá Carratalá, José Manuel Villa, Tony Évora, Salvador Corragé, Wilfredo Arcay, Julio Pedro Medina, Rodolfo Peña Mora, Carmelo González, Roberto Guerrero, Pedro Arrate González, Miguel Custilla, José Mancilla, Jorge Carruana, Héctor VIllaverde, Julio Herrera y  Roberto Casanueva.

 

La sucesiva incorporación de  artistas  de la plásticas  al diseño gráfico posibilitó que profesionales de formación en la publicidad, entre ellos algunos de reciente incorporación  en la actividad y otros de mayor  experiencia en acciones publicitarias, se unieron a cientos de   jóvenes graduados de   escuelas de artes plástica, para  diseñar carteles, proporcionando  un proceso distintivo  de conmutación  entre  elementos expresivos de la plasticidad pictórica  y de la formalidades sintetizadas de la grafica, para establecer la  visualización de mensajes de excelentes cualidades artísticas-comunicativas; en los que estuvieron presentes dibujos e ilustraciones surrealistas, efectos ópticos y cinéticos, las líneas ondulantes del art noveau, tonalidades brillantes del art pop y las configuraciones decorativas del art deco.

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En ese periodo, en que hasta 1965 se produjo la instauración del poder revolucionario y de los nuevos principios que rigieron la propaganda revolucionaria; que condujo a la eliminación del histerismo de la publicidad comercial,  aunque se obtuvieron aportes de atinadas efectividades comunicativas, no se alcanzó  en el cartel político la total eliminación de excesivas representaciones carentes de alusiones figuradas. No obstante, apoyado en las exaltaciones  testimoniales de la fotografía,  se logró una importante contribución  a la gráfica comunicativa, al ser convertida la primera plana  de  los principales periódicos en un cartel (cartel-periódico) para ocasiones trascendentales: movilizaciones militares, convocatorias a concentraciones populares y desfiles y momentos de victorias

 

Y aunque a la gráfica política le concernió el principal protagonismo,  es a  través del cartel cultural, que germinó del Teatro Nacional de Cuba (TNC);  como se mostró en el de Opera de Pekín, de Rolando Oraá, por donde primero se produjo el proceso asimilación  de nuevos valores artísticos con un lenguaje comunicativo,  diferentes a los de épocas anteriores, que  se caracterizaron  por sus preponderancias  mercantilistas y que solo sirvieron para anunciar las ofertar funciones de espectáculos.

 

A partir de 1961 con la creación del Consejo Nacional de Cultura (CNC) se prolongó el empleo del cartel cultural, en lo cual también estuvieron los aportes generados por otras instituciones culturales creadas por la Revolución, como: Casa de las Américas (CA),  la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Simultáneamente; Eduardo Muñoz Bachs, quien trabajaba el dibujo animado, conjuntamente  a Rafael Morante Boyerizo; que además de publicista  poseía  dominio  de  las principales tendencias y expresiones artísticas de la pintura,  iniciaron el diseño del nuevo cartel de cine del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC); en los que para su impresión en serigrafía contaron con los maestrías del artista plástico Eladio Rivadulla Martínez

 

Al nuevo cartel de cine, como lo reflejó Eduardo Muñoz Bachs en el del filme cubano  Realengo 18, se le concedieron excelentes texturas artísticas, con alusiones y sugerencias en los que no estuvieron  presentes ilusiones mercantilistas, la estrella del filme sin vestimentas e imágenes de pistoleros en acciones descomunales. El pintor René Portocarrero estuvo entre los primeros  artistas plásticas en aportar sus obras al novedoso cartel cinematográfico, en los que quedaron formuladas  su línea pictórica  con predominios del barroco y sus imaginarias mujeres delineadas por flores en las que enlaza color y fantasía.

 

En el universo  de la gráfica política fue  notorio  en esos momentos los aportes pictóricos de otro de los representativos  de la plástica  cubana  Mariano Rodríguez;  que en su  incesante búsqueda de lo nacional aportó  pinturas cargadas de una expresiva identidad con la Revolución, en las que a través de contrastadas líneas  nítidas y siluetas estigmatizadas de colores penetrantes,  reflejó  a hombres y mujeres del pueblo y sus héroes, estas obras por la vehemencia de sus expresiones comunicativas fueron reproducidas en offset, similar al formato de un cartel   y  colocadas para ornamentar  lugares públicos e  interiores; cumplieron similar función comunicativas.

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Otros cuatros importantes artistas de las plásticas: José M. Villa, Rafael Zarza, Cesar Mazola y José Gomez Fresquet (FREMÉZ); quienes de sus contribuciones de la cartelistica  cultural   reproducidas  en  serigrafía, con  diseños que regularmente  contaron  como elemento central en forma geométrica,  una obra pictórica de colores planos y frases de poca palabras en forma horizontal; se convirtieron en los  artífice de su reproducción en litografía, procedimiento que le permitió mediante la mezcla de colores impregnar un acertado efecto cromático de expresión imaginaria de trazos surrealistas  en experimental  combinación con  disímiles configuraciones;  a partir de lo cual se le confirió una identidad propia  al cartel del Consejo Nacional de Cultura (CNC)

 

-Momento de esplendor y trascendencias (1965-1974)

Pasada la primera mitad de los años sesenta, periodo de consolidación de poder revolucionario se produjo el deslumbramiento del cartel cubano, en el de tema político se eliminaron las insuficiencias comunicativas que provocaban las configuraciones  desproporcionadas y se consiguió establecer una adecuada relación entre imagen y textos y se logró mediante el dibujo pictórico una codificación visual sintetizada.

 

Tales logros fue posible porque a su creación entre 1962 y 1965 se habían incorporados numerosos artistas jóvenes titulados de la Escuela de Arte y Dibujo San Alejandro, algunos de formación artísticas pictóricas autodidactas y  otros que a finales de los años cincuentas se habían iniciados en acciones publicitarias  y que para entonces ya poseían experiencias en dicha actividad, entre ellos estuvieron: Antonio Alfonso Palomino, Eufemia Álvarez Castillo, Emilio Gómez Cruz, Daysi García López, José Lamas Ruiz, Eduardo Bosch Jones, Beatriz Aulet Vlada, Clara Luz García Duquesne, Eduardo Marín Postrilles, Felix Beltran Concepción, Isabel Carrillo Socorro, Roberto Figueredo, José Gómez Fresquet (Fremez), Rolando Figueredo, José Ramón Chavez Pérez, Jose Gómez Tito, Augusto González Gonzalez, Dagoberto Marcelo Fernández, Faustino Pérez Organero y Gladys Acosta Ávila

 

En los carteles de cine, distinguidos del resto de los culturales por su  apego a la serigrafía, a sus formulaciones visuales, entre 1961 y 1964,  progresivamente se incorporaron nuevos creadores con pleno conocimientos de la técnica pictóricas, como: Olivio Martínez Viera, Antonio Fernández Reboiro, Antonio Pérez “ÑIKO” González, Jose Lucci  y Manuel Custilla. Desde  1965  se sumaron los creadores: Ricardo Reymena, Roger Aguilar Labrada, René Azcuy Cardenas, Jorge Gonzalez Linares (Dimas), Julio Eloy Mesa Pérez y Raúl Oliva Baluja; los cuales formularon  nuevas configuraciones poseedoras de elementos de la vanguardia artísticas del art noveau y el art pop con configuraciones de ostentosa coloraciones intensas, llamada forma sicodélicas.

 

En este nuevo periodo junto a los continuados aportes de diseño de carteles de temáticas cultural de Pedro Oráa Carratalá, Umberto Peña, José Manuel Villa y Raúl Martínez González, también se originaron los de: Aldo Menéndez Dario y Alberto Ortiz de Zarrate. Igualmente se destacaron los de  pintores de reconocimiento internacional, como: Wuifredo Lam, Pedro Arrate, Raúl Corrage y Servando Cabrera; quienes  plasmaron en sus obras que aportaron para la gráfica los elementos representativos de la vanguardia artística.

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Entre otros  aportes que han transcendidos  en el diseño gráfico del cartel cubano, se pueden significar los de: Alfredo Rostgaard con carteles que abarcaron las temáticas culturales, sociales y políticas, en las cuales, como en el de la Canción Protesta.Casa de las Américas,   se   destacó por su elocuente dominio de las expresiones metafóricas, asimilación del simbolismo casi abstracto y figurado, así como la subordinación del color a la sombra, en contraste con el art pop. Igualmente se distinguió con sus diseños Héctor Villaverde, que transitó de la publicidad a la creación de carteles particulares en los que se destacó por el empleo del simbolismo, entre lo abstracto y figurativo y con fondo monocromático.

 

El simbolismo gráfico en defensa de la identidad y las tradiciones patrióticas se hizo sentir en diseños, de José Papiol Torrent, Raúl Martínez González y Antonio Pérez “ÑIKO” González, destinados a la campaña de propaganda gráfica por la conmemoración de los Cien Años de Lucha (1868-1968); para la cual    artistas de la plástica y profesionales del diseño gráfico, a través de diversos carteles y otros medios de comunicación visual  reflejaron imágenes de los principales próceres cubanos, se revalorizaron los hechos de la historia pasada con ese momento, en los que  patriotas anteriores son presentados como los precursores de las nuevas ideas.

 

En la postrimería de los años sesenta, el cartel se situó a la par de las restantes manifestaciones de la plástica: la pintura, dibujos y grabados. En ese momento de esplendor de la gráfica cubana se produjo el surgimiento de la cartelistica de la solidaridad tricontinental, caracterizada por el empleo de la ilustración pictórica, donde a través de signos, símbolos, expresiones metafóricas se establece una línea de diseño en los que estuvieron presentes tradiciones autóctona y folclórica de los pueblos de África, Asia y América Latina.

 

poster_079Entre los artistas que brindaron sus aportes en la grafica de la solidaridad se destacaron: Lázaro Abreu Padrón, Andrés Hernández Castaño, Ernesto Padrón Blanco, Modesto Braulio Flores, Olivio Martínez Viera, Alfredo Rotsgaard, René Mederos Pozos, Tony Évora, Rafael Zarza, Rafael Morante Boyerizo, Estela Diaz Díaz, Roberto Casanueva,  Guillermo Menéndez Maden, José Papiol Torrent, Asela  M. Pérez  Bolado y Daisy García López, los cuales a través del simbolismo visual aludieron mensajes en el que una alambrada cerrada significaba la esclavitud, los eslabones de una cadena rota la independencia, un brazo en alto la lucha hasta el final y hombres y mujeres con trajes tradicionales portando como armas flechas o ballestas, la lucha contra la penetración occidental.

 

En cuanto a  los  carteles editados por diversas instituciones,  con  la imagen del Che, realizados después de conocida su caída en combate en Bolivia, el 8 de octubre de 1967, distinguidos creadores cubanos como: Antonio Pérez “ÑIKO” González, Alfredo Rostgaard, Helena Serrano, Olivio Martínez, Raúl Martínez Viera, Mario Sandoval, Lázaro Abreu Padrón, René Mederos Pazos, José Gómez Fresquet (Fremez), Félix Beltrán y Antonio Fernández Reboiro; quienes a través de sus expresiones pictóricas  o la fotografía consiguieron trasmitir con acierto la presencia permanente e inolvidable de la imagen vigorosa del “Guerrillero Heroico”; con  diseños de carteles,  de  profundos valores estéticos y comunicativos, en los que lograron plasmar la fusión de elementos del arte con el de la ideología revolucionaria.

 

Con significadas bellezas y elegancias también ocuparon un importante espacio comunicativo los carteles que  reflejaron la imagen de la mujer integrada en diversas tareas de la Revolución. Entre las representaciones plásticas de la mujer a través de la gráfica, descollaron la de Raúl Martínez González, Olivio Martínez Viera, Emilio Gómez Cruz,  Ernesto Padrón Blanco y René Mederos Pozos. La presencia femenina también se extendió a los que proyectaron mensajes con  expresiones solidarias con  otros pueblos, como la de la lucha a favor de los derechos civiles en Estados Unidos; significados en la imagen combativa Angela Devis, en la que  relucieron las aportaciones artísticas de los diseñadores Alfredo Rotgaard y Félix Beltran.

 

Desde comienzo de la década del setenta, motivado por la inclusión  por primera vez del diseño gráfico como manifestación plástica en el Salón 70, que convocó el Museo Nacional de Bellas Artes, se destacaron los diseños de carteles  de los artistas plásticos, ejemplos: Lázaro Hondares, Luís Vega y Santo Toledo. Para entonces  el diseño gráfico del cartel cubano había madurado  a tal punto que  ya es visible la presencia de sus cuatro vertientes fundamentales, con propiedades y particularidades que hicieron posibles que se diferenciaran entre sí: Políticos, Culturales, Cine Cubano y de Solidaridad.

 

A la par favorecidos por las condiciones internacional que incentivó un incremento del turismo a la isla, fundamentalmente procedentes de la comunidad socialistas y de Canadá, se produjo una campaña promocional en las que Enrique Vidán Martínez, Jorge Hernández Fernández, Armando Alonso Alonso, Arnoldo Jordi Ramos, Francisco Yanes Mayan y Raimundo García Parra;  realizaron carteles que en su visualización se aludía a la arquitectura, bellezas naturales, la flora y la fauna, el folclor  y las tradiciones culturales. También se imprimieron carteles en los que se plasmaron obras pictóricas de los prestigiosos creadores, insignes de la cultura cubana. De Víctor Manuel su elocuente obra “la gitana tropical”, de Amelia Peláez, sus vitrales, flores, frutas, árboles y luces que afloraban en sus pinturas de ascendencia barroca y de Tomás Sánchez sus singulares paisajes.

 

Sin título27Oportunamente, entre 1969 y 1973, en un contexto de pluralidad comunicativa de la gráfica René Mederos Pazos, mostrando su enraizada  influencia de los muralistas mexicanos, realizó diseño de carteles y numerosos juegos de laminas de grandes proporciones, con luminosos colores planos, en los que apoyado en la presencia de la figura humana y en las posibilidades cromáticas y recreación artísticas de la serigrafía, reflejó diversos temas de la lucha insurreccionar en Cuba, antes de la Revolución y la guerra en Viet Nam.

 

-De la síntesis a la descripción grafica (1975-1989)

Y aunque en el primer lustro de los setentas, los diseñadores: Dagoberto Marcelo, Ramón González, José r. Chavez, Eugenio Saguez, Israel Fundora Tarajano, Juan A Carbonell Gómez,  Erasmo Alexis Dumpierre, Reinaldo Labrada, Dario Mora, Miguel Angel Nin, Guitberto Goire Castillo, Roberto Sanabria Evora, Alfonso Prieto Canal, Marcos Pérez, Humberto Trujillo Pardo,  Rolando Trutie Nelson; aportaron carteles de la COR y de las organizaciones políticas de efectivas expresiones sintetizadas; seguidamente en el periodo  entre 1975 a 1989,  que se caracterizó por la institucionalización de la dirección gubernamental del país, en el  cartel político principal protagonista de la función social comunicativa e influyente  en la de las restantes temáticas  entró en un proceso de reformulación.

 

Para entonces en el cartel político como se reflejó en el creado  para la Federación de Mujeres Cubanas (FMC): Avanzamos inspiradas en la hermosa causa del socialismo,  en su diseño gráfico, se acudió  al empleo de ilustraciones descriptivas acompañadas con  textos largos, en ocasiones similar a un párrafo de libro, en los que la tipografía predominó sobre la imagen pictórica, por lo que perdió inmediatez y eficacia comunicativa. 

 

Para entonces se le prestó mayor importancia a la edición del cartel-mural y los juegos de laminarios,  conjunto formado por más de dos laminas,  similar al formato del cartel, con ilustraciones descriptivas y  tipografía de gran tamaño; uno de los más importante exponente de esta modalidad fue el pintor y diseñador gráfico Eutaquio Reinaldo Llanes con aportaciones de intensas tonalidades e influenciadas de la pintura mural.

 

En las nuevas aportaciones  de  la OSPAAAL los diseñadores Lázaro Abreu Padrón, Rolando Cordova Cabeza, Víctor Manuel Navarrete, Alberto Blanco González,  Pablo Labañino Meriño, Enrique Martínez Blanco  y Rafael Enríquez Vega, quienes, sin abandonar totalmente la capacidad de síntesis,  mediante el empleo del dibujo y  la pintura artística  adecuándolas a las condiciones de la comunicación gráfica  lograron  reflejar  en sus carteles elementos y símbolos, sin caer en el facilismo ni en la saturación de las ideas. 

 

Otras aportaciones de finales del decenio setenta de notorios pintores que dieron nuevos brillos y lucidez, fueron: Evier Fonseca  Carviño;  que traslució en un cartel para un encuentro nacional de creación de plástica para niños  su ingenuidad y espontaneada infantil, en los que conjugó alusiones pictóricas con una figura de un niño casi inexpresiva, de simples rasgos. Manuel Mendive;  que en su cartel para promover la fiesta del los pueblos caribeños, Carifeta 79, mostró su mundo primitivo, de preferencia por la naturaleza y la mitología Yoruba y Servando Cabrera Moreno que  un  diseño de cartel  para promover un filme cubano sobre la emancipación de una mujer,  mostró una vez más su influencia del dibujo con una  imagen  femenina con línea quebrantadas matizada  por la combinación de los colores.

 

mujer1Dos nuevas representaciones se destacaron en el primer lustro de la década del ochenta en los carteles de la cinematografía cubana: las de los  artistas de la plástica   Francisco Álvarez y  Zaida del Rio.  Incidieron también  con significadas efectividades las aportaciones expresadas en la gráfica de la solidaridad tricontinental de los pintores Roberto Pandolfi Gil, Ernesto García Peña, Mariano Rodríguez, René Portocarrerro  y  Orlando Yanes con carteles portadoras de imágenes del líder de la Revolución Cubana,  la del Guerrillero Heroico y otros lideres de África, Asia y América Latina; con dibujos naturales, en los que esmeradamente plasmó  los detalles y la  acentuación  de la figura humana.

 

En los de temas políticos la repetición de los contenidos, unido a otros factores  condujo a un estancamiento y aunque se realizaron diseños en los que estuvieron presentes expresiones gráficas sintetizadas  no se logró su inmediata recuperación. Y aunque  se lograron editar algunos carteles que, como los realizados por  Faustino Pérez Organero,  para la campaña:  Eliminación de la deuda externa; relumbraron  por sus bellezas y originalidad; no se pudo evitar que una considerable cantidad de  diseñadores, teniendo en cuenta su formación académicas en artes plásticas y sus potencialidades e inclinación artísticas retomaron nuevamente la pintura y comenzaron  a crear obras pictóricas.  Otros marcharon al extranjero de forma permanente o transitoria en busca de espacio que le permitieran aportar sus experiencias en la gráfica en instituciones docentes o agencias publicitarias.

 

 

-La grafica de los años noventa (1990-1999)

Posteriormente  con los bruscos cambios ocurridos después de la caída del muro de Berlín y la desaparición del campo socialista, en la que el país realizaba un 85 % de su intercambio comercial, ante la crisis económica que internamente se originó la industria gráfica quedó paralizada, muchos de los egresados de las escuelas de diseño  en virtud de su excelente formación académica recibida  marcharon también a trabajar la publicidad  en otros países  o en firmas extranjeras que se acreditaron en el país;  a partir de la una apertura de mercado que se originó a comienzo de los años noventa. 

 

Otros  de esos jóvenes; titulados de las escuelas de diseño, junto a  graduados de  escuelas de artes, ante el agravamiento de la  crisis económica del país y de la caída vertiginosa de la producción grafica,   por iniciativas propias y sin apoyo institucional, asociados en grupos comenzaron a crear bocetos de carteles  que en ocasiones sus reproducciones no rebasaban  más de su original digitalizado, los que en su quehacer artístico comenzaron a reflejar  nuevos símbolos y signos

 

Sin título53Esa iniciativa sobrevenida  en un nuevo movimiento de la vanguardia grafica que se extendió durante la década del noventa, tuvo como principales precursores a Eduardo Marín; egresado de diseño y Vladimir (Viado) Llaguno; graduado de artes plástica; lo iniciaron  con el cartel La plástica cubana se dedica al beisbol y se produjo justamente cuando se inició un proceso denominado Movimiento Nuevo Arte Cubano. Ambos  creadores, asociados a un grupo denominado Nudo, simbolizaron nuevamente  el proceso de fusión de los años sesenta; entre artistas de la plástica y diseñadores que se consagraron, en aquel momento, a la formulación de carteles que reflejaron las grandes tareas y aspiraciones de  transformaciones revolucionarias, y que en la nueva circunstancias  para reflejar  las  dificultades por la que atravesaba el país  buscaban la información similar  a la labor de un reportero gráfico.

 

Para la emisión de mensajes políticos las vallas, el grafismo y rótulos con improvisados textos sobre un pedazo de cartón, metal u otros soportes    reemplazan en algunas medidas el papel protagónico del cartel. Textos como: Socialismo o Muerte, Lo nuestro es nuestro, Tenemos y tendremos socialismo y otros con alusiones a la defensa de la patria, pasaron a ocupar importantes nodos urbanos y en carreteras donde son fijadas vallas ilustradas con imágenes que reflejan las nuevas tareas y realidades del periodo especial, respaldada con el optimismo de que “Ahora si vamos a construir el socialismo”

 

Simultáneamente se originó  un movimiento propagandístico que auspició la dirección política de la juventud cubana, en las que participaron jóvenes graduados  de diseño, en los que apoyaban su visualización visual a partir de frases que  tomaron de expresiones populares y canciones y el empleo fragmentados de la bandera nacional que fusionaban  con la  tipográfica de sus textos similar a los slogan de la acciones publicitarias, estas contribuciones  aunque mostraron  pocas inspiraciones artísticas, en un momento de fuerte interrogación  ideológica,  lograron establecer un movimiento   de agitación política entre  los jóvenes  de apoyo a la ideología revolucionaria

 

Con similar propósitos  al Grupo Nudo, forjando  un cartel con conceptos estéticos-comunicativos, no empleados con anterioridad y reflejando también el quehacer del periodo especial   estuvieron las contribuciones gráficas  de los integrantes del  denominado  grupo  Nueva Generación,   integrado  por jóvenes graduados del Instituto Superior de Diseño Industrial (ISDI)  y  asociado al movimiento internacional   ICOGRADA (Internacional Council of Grapih Design Associations), sus fundadores fueron José Menéndez, Iván Abreu y Ernesto Romero. Posteriormente formaron partes de esa integración, entre otros miembros: Julio Caunedo, Alexander Pozo, Virginia Acebo, José Nieto, Oscar Oramas, Fernando Florit, Ariel Caicedo y Raúl Cordero. Todos a través del empleo de la digitalización, han logrado expresiones con definiciones estéticas de airadas frescuras, donde contrates y yuxtaposiciones —sustentados en alusiones figurativas, efectos ópticos y distorsiones refulgentes— irradian derivaciones visuales de eficaces registros comunicativos

 

Junto a la gráfica suscitada por la dirección política de la juventud cubana, identificada con la sigla UjotaCé y los inspirados aportes de la  nueva vanguardia  que promovieron jóvenes integrados en diversas agrupaciones independientes;  se editaron carteles  de temas políticos y de orientación social en los que  aunque no se logró  la diversidad y cuantiosas cantidades que en años anteriores, si dispusieron  de su tradicional persuasión.

Igualmente  la presencia en el país de numerosas firmas mixtas y extranjeras, la despenalización del dólar, el impulso al desarrollo de la industria turística (principal fuente de ingreso de divisas convertibles del país) y de otras ramas de la economía destinadas a la exportación, propiciaron el  retorno de  acciones publicitarias a la cual participaron jóvenes egresados del Instituto Superior de Diseño Industrial (ISDI) y   diseñadores gráficos que habían estados vinculados en la creación de carteles desde los años de la década del sesenta. A diferencia de la heredada al triunfo de la Revolución, la   publicidad se reanudó, como instrumento orientadora del consumo. Esta nueva situación trajo como resultado que la publicidad comercial compartiera   el mismo radio de influencia con la gráfica política sino de admitir cobertura y usar ambas modalidades los medios que influirán sobre el público receptor.

 

En relación a los de la temática de solidaridad, aunque la OSPAAAL,  por la difícil situación económica no logró, como en años anteriores, mantener los volúmenes de producción de sus medios gráficos,  junto a carteles que aportaron Eladio Rivadulla Pérez, Rafael Enríquez Vega y Gladys Acosta Avila, en solidaridad con la Revolución Cubana, como: ¡No al bloqueo económico a Cuba! se desarrollaron diversas acciones y búsqueda de alternativa, incluida la aceptación de contribuciones financieras de amigos en el exterior, para continuar la impresión de sus revistas y sus carteles, por  donde se reflejaron expresiones de solidaridad con la Revolución Cubana y de nuevos contenidos de temas globales.

 

Aunque en ese periodo se redujo la posibilidad de la realización de películas cubanas  los directivos del ICAIC lograron  editar ocasionalmente carteles  para  promover algunos de  realizados en coproducían con fílmicas de otros países y los de los festivales del cine. En una tentativa  por  revitalizar el diseño gráfico de la propaganda cinematográfica  se vincularon jóvenes diseñadores con dominio de las habilidades pictóricas, entre los cuales estuvieron: Ernesto Ferraz, Manuel Marcel, Paris Volta e Irenaldo  Fumero,  los cuales desempeñaron sus aportes junto  a  jóvenes y  experimentados  artistas de la plástica, ejemplos: Moises Finales,  Umberto Peña y Rafael Morante Boyerizo; los cuales crearon nuevos códigos que posibilitaron  una identidad visual renovada  a la grafica cinematográfica y en particular en sus afiches.

 

Sin título79En el espectro de la vida cultural, a finales de la década del noventa, se originaron importantes contribuciones para  la conmemoración de los veinte años de la desaparición física del músico John Lennon, que integró la afamada agrupación Los Beatles, para la que el destacado artista plástico Roberto Fabelo aportó el diseño de un cartel. Así mismo a partir de la edición de la VIII Feria Internacional del Libro de La Habana, que dedicada a México contó con la participación de 28 países y tres organismos internacionales y el que se vaticinó que  durante la celebración en el año 2000 de la IX Feria Internacional del Libro de La Habana, su realización se extendería  a diversas ciudades del país; se amplió el empleo del  cartel editorial.  

 

Y aunque no  estos  años de la década del noventa no se logró alcanzar en la producción de carteles la efectividad grafico comunicativa de la década del sesenta se realizaron diversas acciones para su reanimación y hacer preponderar el quehacer de sus creadores y de las temáticas reflejadas que trascienden más  allá del tiempo en que fue concebido.

 

OTROS  ARTICULOS PBLICADOS:

 

50 Años de la Revolución Cubana. El cartel protagonismo y vigencia

http://www.lajiribilla.cubaweb.cu/2009/n400_01/400_02.html

 

A medio siglo del Teatro Nacional de Cuba: evocación de sus carteles

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=85793

 

A 50  años de Casa de las Américas. Sus aportes al cartel cubano.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=80622

 

El cartel cubano de cine en serigrafía.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=82107

 

El cartel cubano de la Tricontinental

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=78001

 

Arte y Comunicación: Libertad para los cinco patriotas cubanos

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=86369

 

Los carteles del Che. Sus expresiones artísticas y comunicativas.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=92824

 

La grafica y las agresiones de Estados Unidos a Cuba

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=98445

 

Carteles contra agresiones de Estados Unidos a la Revolución Cubana

http://www.comandantefidel.org/CONTRA_EL_BLOQUEO_Y_LAS_AGRESIONES.pdf

 

Cartel de la OSPAAAL muestra al verdadero  Barack Obama

http://lapolillacubana.nireblog.com/post/2010/03/17/cartel-de-la-ospaaal-muestra-al-verdadero-barack-obama

 

Cartel por un nuevo Haití.

http://connuestraamerica.blogspot.com/2010/04/cartel-por-un-nuevo-haiti.html

 

A 35 años de la victoria: carteles cubanos que recuerdan la derrota yanqui en Viet Nam.

http://www.abpnoticias.com/index.php?option=com_content&task=view&id=3248&Itemid=92

 

BIBLIOGRAFÍA

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-Jesús Vega. El Cartel Cubano de Cine. Editorial Letras Cubanas, La Habana,1996-

-Luis Aragón  “Gemas publicitarias de siglo y cuarto”; Diario de la Marina. La Habana, 16 de septiembre de 1952.

-Luis Alfonso Fajardo. 10 dibujantes cubanos: apuntes sobre la ilustración gráfica, La Habana, 1958

-Eladio Rivadulla Pérez. La serigrafía artística en Cuba. E$diciones Unión, La Habana,1996

-Renato Vilaverde. “El cartel, arte enano ante la critica injusta. Diario La Marina, La Habana, 21 de octubre de 1940.

-Ramón Cabrera Salari.”Apreciación de las artes visuales” Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 1978

-Mirta Muñiz. “El cartel cubano. Populibros. Nuestra América. Buenos Aires, Argentina.

-Mirta Muñiz. “la publicidad, mito y realidad en el socialismo. Editorial Pablo de la Torriente, La Habana, 1990

-Jorge R. Bermúdez. La Imagen Constante. El Cartel Cubano de Siglo XX. Un Cartel para tres continentes. Editorial Letras Cubanas, La Habana, Cuba.

-“Revolución! Cuban Posters Art de Lincoln Cushing, San Francisco, Estados Unidos (2003).

 

DATOS DEL AUTOR

Reinaldo Morales Campos

 

Más de treinta años vinculados en acciones ejecutivas relacionadas con campañas de propaganda  y  publicidad; desde mediado de la década del ochenta trabajo en  un proyecto personal de  estudio de la Memoria Histórica del Cartel Cubano.

 

Entre las colaboraciones realizadas se pueden significar, preparación editorial de los libros: El  Arte de la Solidaridad; coordinación editorial Arterigere Srl-Varese-Italia (1997), Catálogo de Carteles de la OSPAAAL  para el proyecto Cuba Posters, de California, Estados Unidos (2000), “Revolución! Cuban Posters Art de Lincoln Cushing en San Francisco, Estados Unidos (2003) y con  Teresa Eckman en  The Latin American Poster, Image, Message and Jeans, para el libro Latin American Posters,  Nuevo México, Estados Unidos (2006). 

 

Estudios publicados:   El Cartel Cubano de la Solidaridad Tricontinental, traducidos al  alemán, francés e inglés,  en el libro El Cartel Tricontinental, de la editorial Comedia-Verlang Bern, Suiza (2003). Otros escritos  sobre los Carteles de la Revolución Cubana,   han sido divulgados, en internet, por: Rebelión, las  revistas culturales  La Rendija y la Jiribilla, la Agencia Bolivariana de Prensa (ABP) y las web de: Indymedia,  Kaosenlared   y la Federación Latinoamericana de Periodista (FELAP)

 

Presentación de  los trabajos de investigación históricas: El Cartel Medio de Expresión de Momentos y Logros de la Revolución Cubana, en el Encuentro Internacional 45 Años de la Revolución Cubana, convocado en el 2004 por el Instituto de Historia de Cuba y. Carteles de Solidaridad Tricontinental, en el Salón de Creativos La Ceiba de la Asociación  Cubana de Comunicadores Sociales, en Ciudad de La Habana, en el 2006. Obtención de dos menciones en el Concurso Julio de la Editora Política  con las obras: El Cartel Cubano de Solidaridad Tricontinental (2003) y Carteles Cubanos de la República (2004).Ha concluido de dos proyectos de libros inéditos titulados: Cuatro Momentos de los Carteles de la Revolución Cubana (1959-2000) y Carteles Cubanos de Solidaridad Tricontinental (1966-2000).