lunes, 7 de diciembre de 2009

TORTURA ARGENTINA JUAN ALEMANN LOS HUEVOS DE CADAL SEBRELLI AGUINIS ROBO DE NIÑOS SOBRANTES DE DESAPARECIDOS ESMA

Juan Alemann

Primer paso


Imagen: Veintitres
03-12-2009 /  Irá a indagatoria por los crímenes en la ESMA.
Por Jorge Repiso

La ESMA fue el único lugar donde se torturaba por placer. En otros lados sólo se torturaba para sacar información y luego los mataban. Lo de todas las guerras." Así de tranquilas y crueles brotaron las palabras de Juan Alemann, en 2005, delante de un grabador de Veintitrés. Seguramente no imaginaba entonces que cuatro años después debería prestar declaración indagatoria ante el juez federal Sergio Torres, en calidad de imputado como presunto encubridor de crímenes cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada.
 
Quien fuera secretario de Hacienda durante el gobierno del dictador Jorge Rafael Videla deberá concurrir a los tribunales el próximo 10 de diciembre para dar cuenta de sus dichos, y de sus actos.

En 2005, Alemann le concedió un reportaje al periodista Walter Goobar, quien se desempeñaba en esta revista. Durante el encuentro aseguró que el ex almirante Emilio Massera había ordenado, durante el Mundial de fútbol de 1978, que lo mataran. La nota se publicó en la edición del 24 de marzo –aniversario del golpe militar– bajo el título "No tenemos que hacer ninguna autocrítica". Alemann justificaba la desaparición de personas y la guerra sucia con desparpajo y hasta impunidad. Como ejemplo: "Hubo 200 y pico de casos de mujeres que tuvieron hijos en cautiverio y que después las liquidaron. De esos, unos 200 los entregaron a los jueces y quedaron menos de 30 que los distribuyeron entre familias de militares.
 
Eran chicos que sobraban, porque estos guerrilleros constituían parejas y mientras peleaban tenían hijos. Pero no hubo robo de chicos. Era una irresponsabilidad. Hay que tener estómago para hacerse cargo del hijo de un guerrillero".

Una semana después, Veintitrés llevó en tapa la denuncia judicial de Carlos Lorkipanidse y Víctor Basterra –sobrevivientes de la ESMA–, que originó la causa en la que interviene el juez Torres. Y la acompañó de un CD con la grabación completa. Lorkipanidse asegura haber visto al ex funcionario en una dependencia conocida como la "huevera" (en realidad el casino de oficiales) a finales de 1979. Basterra no lo vio, pero escuchó hablar de esa "visita". Según los denunciantes, Alemann –junto al jefe de operaciones, teniente Adolfo Miguel Donda Tigel, el teniente Fernando Peyón, el jefe de inteligencia Horacio Lorenzón y dos efectivos de la Prefectura– bajó a la sala de la ESMA donde se torturaba, para conocer de cerca al prisionero Orlando Antonio Ruiz, quien permanecía encapuchado y engrillado junto a su esposa, Silvia Beatriz Dameri, próxima a dar a luz.   Según los militares, Ruiz tenía filiación montonera y había participado en el fallido atentado contra Alemann el 8 de noviembre de 1979.

Durante los más de dos años que permaneció en cautiverio, Lorkipanidse trabajó en el laboratorio, lo que le daba cierta libertad para caminar por las instalaciones. Aquel día recorría un pasillo interno y pudo ver al visitante, al que describió como un hombre alto, impecablemente trajeado y con zapatos oscuros. El matrimonio Ruiz Dameri continúa desaparecido mientras que sus tres hijos fueron localizados por Abuelas de Plaza de Mayo. Laura, la más pequeña y nacida en 1980, es la nieta recuperada número noventa.

Pasaron cuatro años desde aquella conversación con Veintitrés, pero el 10 de diciembre, seguramente, Alemann deberá explicar ante el juez sus dichos, y sus actos.
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